ARO II, ‘cierta planta de raíz tuberculosa’, tomado del lat. arum y éste del gr. ıρον íd.

1.ª doc.: 1555, Laguna.

La variante arón (comparable a cronicón, lexicón, etc.), se halla ya en 1537 (DHist.). En el anónimo mozárabe de h. 1100 Ɋâro ‘arum vulgare’ (no hay por qué suponer que la r deba leerse rr, como quisiera Asín, p. 266) y en otros botánicos mozárabes (Simonet) y sarrillo en el valenciano de Sallent de Játiva (quizá mozarabismo), lo que indica que no hay que pensar en una aglutinación de la s del artículo en los aros, sino que quizá hubo contaminación de algún antiguo sinónimo. Si supiéramos dónde se emplea la variante jaro [Acad. ya 1884], podríamos juzgar mejor si ésta es debida a una aglutinación en el plural andaluz loh ároh o tiene que ver con la s- de Ɋâro. Yaro [1555, Laguna]: ignoro la explicación de la y-, debida seguramente a una contaminación o cruce; según Acad. es la misma planta que el aro, y de hecho Laguna (según Aut. y DHist.) dice que la hierba llamada yaro, en las boticas Barba de Arón, en latín Aro, -onis, es parecida a la dragontea en las hojas, mientras que hablando de la dragontea afirma que su raíz es menor que la del aro. Del mencionado jaro sería calco el gall. jarro o xairo I?] ‘Arum’ (Vigier) documentado por el P. Sarmiento (J. L. Pensado, Opúsculos gallegos S. XVIII), que según el CaG. A149v, A166v sería xairo o follas de xairo (maloliente, hojas grandes como remate de capilla de frailes). Para una explicación muy aventurada de la variante yaro, que ya aparece en griego, vid. Hubschmid, Boletim de Filol. XIV, 25n. 42. Saro y iaros aparecen como variantes de aro en antiguas versiones de Dioscórides, vid. Dubler, La materia médica de Diosc. I, 139, y Simonet.

DERIV.

Aroideo. Jarillo [Terr.; Acad. ya 1843]; sarrillo [med. S. XVI, D. Gracián, en Pagés; Acad. ya 1843]. Gall. central zarrotes ‘setas o criadillas de tierra’ (Chantada, Sarm. CaG. 161r), ac. que no sorprende, siendo el saro o aro planta de tubérculos.